Un adorador de Dios
Dios creó al ser humano para que lo adorara. Nuestro culto incluye cultivar una relación personal con Dios, alabar a Dios junto con otros cristianos y honrar a Dios con nuestra vida cotidiana. La Biblia, como la misma Palabra de Dios, nos permite conocer a Dios y nos enseña cómo adorarlo. Los discípulos de Jesús buscan conocer, amar y obedecer a Dios por encima de todo, y nuestra adoración a Dios depende de nuestra capacidad para leer la Palabra de Dios y relacionarnos con él a través de la oración.
Oración diaria
"Dios, tú eres el único digno de adoración y alabanza. Muéstrame cómo conocerte mejor, cómo obedecer tus mandatos y cómo amarte con todo mi corazón, mi alma, mi mente y mis fuerzas."
Reza con regularidad.
La oración es nuestra comunicación con Dios y una parte vital de nuestra relación con él. Por ser quienes somos en Cristo, podemos conversar con Dios en cualquier momento y lugar. Dios desea que nos acerquemos a él en la oración, para expresar palabras de alabanza y agradecimiento, para confesar nuestras debilidades y nuestros pecados, y para hablar de todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo nuestras necesidades y deseos. Aquellos que sean nuevos en la oración o que estén buscando un nuevo enfoque pueden considerar orar junto con el podcast Rezar la Biblia o acceder a nuestra página de oración con aún más recursos.
Lee la Biblia.
La Biblia es la Palabra de Dios. Es el principal medio por el que Dios nos habla. Un hábito diario de lectura de la Biblia nos permite adorar a Dios, estar en comunión con él y obedecer sus mandatos. Considere comenzar con un capítulo diario de Marcos o Juan, o siga nuestro
Summit plan de lectura bíblica. Para más formación y oportunidades, visita la página de tu campus para encontrar un estudio bíblico cerca de ti.
Salmo 96, 100, 145; Romanos 12:1-2; y Apocalipsis 4:1-5:14. Véase también Génesis 1:1-2:25; Éxodo 20:2-6; Deuteronomio 6:1-25; Mateo 6:5-13; Juan 1:1-14, Juan 4:1-42; Hechos 2:42-47; 1 Corintios 14:23-40; 2 Timoteo
3:14-17; y Hebreos 10:19-25.
Lectura de la Biblia