Y finalmente, el tercer paso es hacer discípulos. Terminamos cada servicio diciendo "Sois enviados". Porque lo somos. Enviados a nuestros barrios, escuelas, amigos, familia y a la nación para dar a conocer y hacer sentir el Evangelio.
Discipulado significa no sólo crecer como discípulo, sino ayudar a otros a crecer y guiarlos a convertirse en discípulos para que todo el proceso comience de nuevo.