Dar un salto de fe no es fácil, pero las promesas de Dios siguen siendo ciertas.

Tom y Barb Lepowski lo comprobaron después de comprometerse con la iniciativa All In de Summiten 2012. Se tomaron en serio su promesa, e incluso estaban dispuestos a vender su casa, si eso era lo que necesitaban para cumplir su compromiso. Tom dijo que se dio cuenta de que Cristo renunció voluntariamente a toda su gloria en el cielo para morir pobre y desnudo en una cruz por nosotros. Esto le llevó a creer firmemente que las bendiciones que él y su familia habían recibido en la vida no estaban destinadas sólo a ellos. Debían ser compartidas.

Sin embargo, un año después de la iniciativa, la lluvia cayó sobre la vida de Tom y Barb y su fe fue puesta a prueba.

Tom perdió su trabajo y, con él, los ingresos que iban a utilizar para cumplir su compromiso All In. Al principio, los Lepowski pensaron que tendrían que vender su casa, lo que habría sido increíblemente duro, especialmente ahora que estaban cuidando a la madre de Barb, que vivía con ellos. Tampoco estaba seguro de cómo iba a mantener a su familia si tenía que jubilarse anticipadamente.

Entonces, cuando parecía que la esperanza había tomado vuelo, la gracia de Dios cortó la lluvia y su fidelidad brilló.

A diferencia de muchos de sus compañeros de trabajo, a Tom le dieron una fecha de terminación de contrato en agosto de 2014, lo que le dio suficiente tiempo (y dinero) para poder cumplir su promesa y mantener a su familia. Ahora Tom está deseando que llegue su jubilación y el tiempo extra que tendrá para ser voluntario en su comunidad. Los Lepowski estaban dispuestos a aceptar la voluntad de Dios para ellos, pero ahora están asombrados por la gracia tangible de Dios en sus vidas. Tom dijo que él y Barb están ahora observando con alegría el trabajo que Dios está haciendo en Summit debido a la alegre y fiel entrega de sus siervos.