Como muchos estudiantes de posgrado, mi mujer y yo vivimos en un pequeño apartamento. No es en absoluto extravagante, pero estamos agradecidos por ello. Creo que muchos de los que se encuentran en una situación similar a la nuestra a menudo pierden la oportunidad de ser generosos con su casa, aunque los metros cuadrados sean mínimos.
Cuando nos enteramos de que alguien está
generosoEn general, pensamos en términos de dinero o de tiempo. Sin embargo, la generosidad tiene muchas formas y tamaños diferentes. Algunos pueden tener mucho que dar, y otros pueden tener sólo un poco.
Lo que hace que una persona sea generosa no es la cantidad de dinero que puede dar, sino la condición de su corazón. Jesús lo enseñó en Lucas 21:3-4, cuando dijo: "En verdad os digo que esta viuda pobre ha puesto más que todos ellos. Porque todos aportaron de su abundancia, pero ella de su pobreza puso todo lo que tenía para vivir."
Dicho esto, tal vez no tengas mucho que dar monetariamente. Tal vez eres como mi esposa y yo, y vives en una casa o apartamento pequeño. Dios no nos da un umbral de metros cuadrados que debamos cruzar antes de ser generosos con nuestros hogares.
Así que aquí tienes cuatro formas de ser generoso con un apartamento o casa pequeña:
- Invite a alguien a cenar. En lugar de celebrar una gran fiesta, invita a un amigo o a una pareja a cenar. Tendrás más oportunidades de conocerlos a un nivel más profundo que si estuvieras con un grupo grande de personas. Una de las mejores maneras de ser generoso con tu casa es invitando a alguien.
- Ofrezca su casa. Tanto si alquilas como si compras tu casa, en realidad no eres su dueño. Tu casa y todo lo que hay en ella es del Señor(Salmo 24:1). Puedes ofrecer tu lavadora y secadora a una familia que tiene su casa inundada, o puedes ofrecer tu armario a tu vecino de arriba en medio de una alerta de tornado. Ofrecer tu casa a otros necesitados es una buena manera de recordar que todo pertenece a Dios.
- Cocine comidas para otros. Esta puede ser una buena manera de ayudar a los vecinos o amigos en un momento difícil. No lo pedirán, pero sería bueno que no tuvieran que preocuparse por la cena durante una o dos noches.
- Salir de casa. Vivir en una casa o apartamento pequeño puede acercarte a tu cónyuge e hijos. Sin embargo, hay veces que necesitamos estar solos. Una de las cosas más generosas que puedes hacer a veces por tu cónyuge es salir de casa un rato. Lleve a los niños al parque o haga algunos recados. Tu cónyuge apreciará mucho ese tiempo a solas.
Si tienes una casa grande, ¡maravilloso! Utilízala para hacer avanzar el Reino de Dios. Si tienes una casa pequeña, ¡fantástico! Úsala para hacer avanzar el Reino de Dios. Ya sea que su casa sea grande o pequeña, nuestra oportunidad sigue siendo la misma. Tenemos que ser generosos con nuestra casa y señalar a otros hacia Él.