Cuando la gente piensa en las finanzas, probablemente considera que es un asunto privado. Un marido y una mujer pueden hablar entre sí, pero ¿qué pasa cuando alguien es soltero? ¿Dónde está la responsabilidad? ¿Dónde está el estímulo?

La comunidad es un aspecto vital de nuestras vidas, así que recibir apoyo en un área de nuestras vidas tan importante como el dinero también debería ser vital.

El miembro deSummit , Claire, ha experimentado esto al pasar por temporadas de desafíos y triunfos en su viaje para aprender a ser un buen cuidador de los recursos que Dios generosamente provee.

Claire, una estudiante universitaria que asiste al campus de Brier Creek, no creía tener control sobre cómo administrar bien sus finanzas, pero sintió la convicción de hacerlo.

"Quería asistir a la Universidad de la Paz Financiera para obtener un marco de referencia y recibir más responsabilidad, orientación y estructura sobre cómo organizar mis finanzas y tener mi deuda bajo control", dijo.

Enfrentarse a las deudas no es fácil, especialmente con un solo ingreso.

"Al principio, me desanimé porque muchas parejas casadas hacen el curso", dijo. "Pero me recordaba que el Señor estaba conmigo y que no estaba sola. También podía acudir a la iglesia".

Buscó orientación sobre grandes decisiones financieras y prácticas presupuestarias de amigos de confianza, miembros de grupos pequeños y su líder de FPU.

Gracias al estímulo de los demás y a la toma de decisiones sabias, Claire comenzó a "apropiarse" de sus finanzas e incluso empezó a ahorrar. A pesar de perder su trabajo durante COVID-19, el Señor proveyó milagrosamente ingresos a través de los beneficios de desempleo y de estímulo, y ella pudo pagar su deuda de tarjeta de crédito.

Claire también vio al Señor proveer a través de la comunidad.

"También aprendí a no asumir grandes pruebas o problemas por mi cuenta y a invitar a la comunidad a formar parte del viaje, a buscar consejo y a no creer la mentira de que estoy sola en este proceso".

Claire señaló que, aunque es importante tener una comunidad con la que compartir tus dificultades, también están ahí para los buenos momentos.

"Cuando hice grandes pagos, me aseguré de celebrarlo con mi comunidad y de hacerles saber que había ocurrido algo bueno".

"Dios me ha mostrado que mi situación y mis finanzas son redimibles, donde yo había pensado que mi deuda era demasiado grande y que siempre me avergonzaría de ella", dijo. "Es un testimonio de la fidelidad y el amor de Dios a pesar de mi desobediencia. Él me ha mostrado que incluso cuando no soy buena administrando mis finanzas o haciendo lo que debo hacer, él seguirá proveyendo para mí. Él es fiel".