Todos tenemos personas en nuestras vidas que identificamos como generosas. Y no es simplemente porque regalen cantidades significativas de dinero, aunque puede que lo hagan. Como nos muestra Marcos 12:41-44, los que dan poco dinero pueden ser los más generosos. En la economía de Dios, la cantidad sacrificada siempre supera a la cantidad dada.
Para la persona generosa, su postura de generosidad afecta a todos los ámbitos de su vida, no sólo a su cuenta bancaria. Entonces, ¿de qué manera podemos detectar a una persona así? ¿Y cuáles son algunos identificadores de la generosidad que deberíamos tener en cuenta para nuestras propias vidas? He aquí seis:
- Están satisfechos. Excepto por la cantidad que dan. Siempre quieren dar más. Quieren ser más generosos con lo que tienen. Pero no les mueve el deseo de adquirir más posesiones. Puede que tengan una buena casa y un buen coche, pero esas cosas no les impulsan. Estarían igual de contentos sin ellas.
- Dicen "sí" más de lo que dicen "no". Las personas generosas tienen la increíble capacidad de decir "sí". ¿Tienen más dinero que los demás? No. ¿Tienen más tiempo que los demás? No. ¿Tienen más posesiones que los demás? No. Pero pueden gestionar el dinero, el tiempo y las posesiones de una manera que les permite decir "sí" más a menudo. Y casi siempre dan prioridad a las personas sobre cada una de esas áreas.
- Preguntan: "¿Qué puedo hacer por usted?" Y lo dicen en serio. Las personas generosas no esperan a que les lleguen oportunidades de generosidad. Buscan formas de bendecir a los demás. Saben que algunas de las personas más necesitadas nunca se acercarán a otro individuo para pedirle ayuda. Por eso, la persona generosa toma la iniciativa.
- No hablan de "sus" posesiones. Porque no se ven a sí mismos como dueños de esas posesiones. Saben que cualquier posesión que tienen es de Dios, y es su reto administrarla bien para los propósitos de Dios. Sus posesiones son sólo herramientas para ser usadas para la generosidad. Realmente creen que Dios no nos diseñó para ser acaparadores, sino conductos a través de los cuales fluye su generosidad.
- Hay una sensación de ligereza en ellos. Su falta de apego a las posesiones desarrolla en ellos la ligereza. No están agobiados por el afán de conseguir y conservar más cosas. No se preocupan por los Jones, y viven la vida con las manos abiertas. Experimentan una libertad que la mayoría no tiene.
- Son energéticos. Dar les da energía. Dios les dio sus recursos para su propósito, y están alineados con él. Es un lugar aventurero para estar.
Fuimos diseñados para la generosidad. Cuando los individuos se alinean con ese diseño, se hace evidente. Se les identifica fácilmente. Su generosidad ha contagiado todo su ser. Por supuesto, esto nos deja con una pregunta obvia:
¿Qué nos identifica?
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