Descripción

¿Qué significa ser ciudadano del Reino de los Cielos? El Evangelio de Mateo comienza con tres capítulos que contienen el mensaje más largo de Jesús: un sermón dirigido a sus discípulos al principio de su ministerio para explicar cómo sería la vida de un seguidor de Cristo. Era un mensaje destinado a poner patas arriba todas las expectativas que pudieran tener sus seguidores más cercanos. Práctico y profundo a la vez, el sermón nos plantea las mismas preguntas que planteó a sus oyentes originales: ¿Cómo debe relacionarse un discípulo con el pecado? ¿Con los demás? ¿Con la Ley? ¿Cómo piensa, habla y actúa un discípulo? ¿Cuál es la naturaleza de la verdadera justicia? En su amplia descripción de la ciudadanía del reino, Jesús pronuncia algunos de los pasajes más conocidos de toda la Escritura. La mayoría de nosotros sólo nos hemos encontrado con el Sermón de la Montaña en fragmentos, considerando sus subdivisiones como enseñanzas completas por derecho propio: un estudio sobre la bienaventuranza, una reflexión sobre el Padre Nuestro, una meditación sobre los lirios del campo. Pero, ¿qué pasaría si navegáramos por estos tres capítulos como se escucharon originalmente: como un mensaje cohesivo y bien ordenado, destinado a desafiarnos a pensar de manera diferente sobre el arrepentimiento, la salvación y la santificación?