Introducción
Contempla a nuestro generoso Dios.
La Biblia nos enseña que cada discípulo de Jesucristo es un adorador, un miembro de la familia, un siervo, un administrador y un testigo. Y cada discípulo de Jesús está creciendo constantemente en cada una de estas cinco identidades. El propósito principal de esta guía de reflexión es ayudarnos a discernir cómo Dios nos está llamando a crecer como fieles administradores de sus recursos en esta temporada - recursos como el tiempo, el talento y el tesoro.
La siguiente es una colección de cinco estudios para la reflexión guiada y la oración, que trabajan juntos para reforzar algunos principios fundamentales con respecto a la propiedad, la administración y la generosidad en la Biblia. Estos principios bíblicos son:
- Dios es el dueño de todo.
- Dios nos llama a cada uno de nosotros a administrar lo que nos ha dado.
- Dios nos llama a darle lo primero y lo mejor de nosotros.
- Dios nos llama a ser generosos porque él es generoso.
- Demostramos la fe en la provisión de Dios respondiendo con generosidad.
Aborde estos estudios un día a la vez, y dentro de cada día, trabaje a través de la guía de acuerdo con el patrón proporcionado:
- Lee: ¿Qué nos dice la Palabra de Dios sobre cómo vivir como discípulos y administradores suyos?
- Reflexiona: ¿Cómo podríamos aplicar estos pasajes bíblicos a nuestro contexto actual?
- Responde en oración: ¿Cómo puede invitarnos Dios a crecer como mayordomos en esta época?
Aunque Dios puede encontrarse con nosotros en cualquier lugar y en cualquier momento, te animamos a que reserves un tiempo y un lugar dedicados en los que puedas encontrarte con Dios y escucharle sin distracciones. Si es posible, busca un lugar tranquilo donde puedas estar solo y silenciar tus dispositivos. Querrás tener una Biblia y algo con lo que tomar notas para poder leer la Palabra y escribir cualquier pensamiento, respuesta u oración.
Esta guía nos desafiará a considerar cómo administramos todos los recursos de Dios, y hablará directamente de cómo administramos las finanzas que Dios nos ha confiado a cada uno de nosotros. Este enfoque es intencional. Dios no nos pide que demos porque necesite nuestro apoyo financiero. Como veremos en nuestro estudio, él ya es dueño de todo. Dios nos pide que demos, en parte, porque dar revela lo que hay dentro de nuestros corazones. Como Jesús mismo enseñó una vez: "Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mateo 6:21).
Esta guía busca ayudarnos a evaluar dónde está realmente nuestro tesoro para que podamos amar a Dios con aún más de nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Así como te estás comprometiendo con este estudio, sigue adelante y comprométete a comenzar de nuevo con Jesús: comprométetea ponerlo en primer lugar en tu vida y a avanzar en cualquier paso de obediencia al que Dios te llame en los días venideros.