Celebra la Navidad con Summit

El Evangelio y el testimonio

Dios nos amó tanto que envió a su Hijo, Jesucristo, para darse a conocer. Ahora, nos envía a nosotros para que mostremos su amor y hablemos al mundo de Jesús.

Dios es amor (1 Juan 4:8, 16), y su amor impulsa sus acciones. El Padre siempre ha amado al Hijo en la comunión del Espíritu Santo (Juan 17:24). Por eso, cuando Dios nos ama, está actuando como quien es.

Por su gran amor por nosotros, Dios envió a su Hijo amado para darse a conocer (Juan 1:18). Jesús es Dios. En toda su vida, muerte y resurrección, nos dio a conocer a Dios. Realizó nuestra salvación con sus acciones, y predicó esa salvación con sus palabras. Jesús es el que Dios envió para salvarnos. Todo el que cree en él conoce a Dios y tiene vida eterna (Juan 17:3).

Así como el Padre envió a Jesús, Jesús envió a sus seguidores a amar al mundo y dar a conocer a Dios (Juan 20:21). Lo hacemos proclamando a Cristo de palabra y obra.

Cuando proclamamos a Cristo con nuestras palabras, hablamos a la gente de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Les ayudamos a comprender lo que ha ido mal en el mundo a causa del pecado y cómo Dios envió a Jesús para arreglarlo. Damos la buena noticia (o "evangelio") de Jesús a todos los que están agobiados por las malas noticias del mundo.

Cuando proclamamos a Cristo con nuestras obras, nos preocupamos por las necesidades de la gente que nos rodea. Ayudamos a la gente a sentir el Evangelio cubriendo necesidades humanas básicas como la comida y la ropa, abogando por los niños vulnerables, atendiendo a los refugiados que tienen que huir de sus países y ayudando a los presos a reinsertarse en la sociedad, entre otras formas.

A medida que damos a conocer a Cristo en lo que decimos y hacemos, crecemos como discípulos. A medida que practicamos amar como Dios ama, nos hacemos más piadosos. Al dar testimonio del Evangelio de Jesucristo, Dios obra en nosotros para que nos parezcamos más al Cristo que proclamamos.

Dios desea que personas de todas las naciones lo conozcan en Cristo (Mateo 28:19), por eso envía a sus discípulos a lugares cercanos y lejanos para llevar el evangelio a quienes lo necesitan. Es por eso que, en la Summit, hemos hecho nuestra misión de crear un movimiento de discípulos en RDU y en todo el mundo. Al proclamar a Cristo en la calle y en todo el mundo, Dios inunda la tierra con su amor y todas las personas se deleitan en conocerle.