A continuación se presenta un ejemplo de cómo podría leer, meditar y responder a un pasaje mediante la oración. Considera que la Escritura es la forma en que Dios inicia la conversación, y nuestras oraciones son una forma de responder a lo que él dice. Mientras lees, piensa en el acrónimo ACTS.
No todos los pasajes se prestan a los cuatro componentes de la oración. Lee despacio. Pide a Dios que te guíe. Toma nota de las cosas que captan tu atención. Sé sensible a otros versículos que el Espíritu Santo pueda traerte a la mente mientras lees y meditas. Recuerda que, al pasar de la lectura a la oración, te estás embarcando en un diálogo sagrado entre tú y tu amoroso Padre.
"Gritad de alegría al Señor, toda la tierra. Adorad al Señor con alegría; venid ante él con cantos de júbilo. Sabed que el Señor es Dios. Él nos hizo, y nosotros somos suyos; somos su pueblo, las ovejas de su prado". (Salmo 100: 1-3)
Los gritos de alegría, la adoración alegre y los cánticos gozosos no son mi alabanza y adoración, sino que son la llamada a la alabanza. Estas expresiones deberían caracterizar mi respuesta a Dios. ¿Por qué? Porque el Señor es Dios, y nosotros somos suyos. Esta es mi alabanza.
1. Adoración
Él es Dios. Gobernante, autoridad, creador, poder, eso es lo que es. Y porque es Dios, tiene un derecho sobre mí, autoridad sobre mí, y el derecho a exigirme.
Le pertenezco, no como una posesión, sino como un hijo o una hija, como alguien redimido, rescatado y salvado. No soy un extraño; soy suyo. No soy un enemigo, sino un hijo amado de Dios.
Oración: ¡Vaya! Tú eres Rey de Reyes y Señor de Señores. Sólo tú eres el Gobernante Soberano y el Dios Poderoso. Tú eres mi Dios, y yo te pertenezco. No estoy separado, sino acogido y con acceso directo (Efesios 1:3-14). Estoy asombrado de lo maravilloso que eres.
2. Confesión
Él es Dios, y yo le pertenezco. ¿Por qué eso no es suficiente para generar una alabanza alegre y exuberante? ¿Cómo es posible que estas verdades no me impresionen ni me conmuevan?
¿Qué otra cosa podría ser más digna de mi alegría y adoración? Sin embargo, exijo más pruebas de su poder y de su amor.
Oración: Dios, confieso que retengo la alabanza cuando debería derramarla. Ya no me conmueve el hecho de que tú eres mi Dios y el Dios de todos. A menudo me siento atraído a adorar a otros dioses, dioses que no son dioses en absoluto. Soy un idólatra (Éxodo 20:2-3). Perdóname y ayúdame a volver a ti.
3. Acción de Gracias
Dios nos hizo. De hecho, nos hizo dos veces: nos creó y tejió en el vientre de nuestra madre. Y, nos recreó y nos hizo una nueva creación en Cristo.
Oración: Gracias, Dios. Estoy agradecido por haber sido hecho a tu imagen y por la gracia que me das al restaurarme a la imagen de tu Hijo (Romanos 8:28-29).
4. Súplica
Somos las "ovejas de su prado". Las ovejas están bajo la autoridad del Pastor. Dependen de él para que las conduzca y guíe, pero también están obligadas a escuchar su voz y a seguirle. No se pertenecen a sí mismas ni viven para sí mismas.
Oración: Dios, utiliza mi vida para tu gloria y tu reino. Ayúdame a dejar mis preferencias por tus propósitos. Quiero que venga tu reino y que se haga tu voluntad. Ayúdame (y a otros) a rendirme a ti, a entregarme a ti, a vivir para ti y sólo para ti (Mateo 6:9-10).