Cómo rezar
Queremos ayudarte a cultivar una vida de oración que te ayude a conocer, amar y obedecer a Dios por encima de todo. Una forma de hacerlo es utilizando el acrónimo "ACTS": adoración, confesión, acción de gracias y súplica.
La forma de orar de ACTS no es una fórmula mágica. Se trata más bien de una guía para ayudarte a desarrollar una vida de oración equilibrada y centrada en tu relación con Dios, que oriente tu vida hacia Él y cultive la intimidad con Él.
Adoración
La adoración se centra en quién es Dios y qué ha hecho en el Evangelio. Es un espacio para que recordemos la bondad, santidad, poder, etc. de Dios, y lo que ha hecho por nosotros a través de la vida, muerte y resurrección de su Hijo, Jesucristo. A veces, la adoración puede ser un reto para nosotros, pero antes de llegar al "qué" de nuestras peticiones específicas, debemos recordar el "a quién" nos dirigimos en nuestras oraciones. Al recordar la maravilla de nuestro Dios y las riquezas de su gracia para con nosotros, orientamos hacia él todas nuestras oraciones. De hecho, al adorarle en toda su gloria, orientamos toda nuestra vida hacia Él.
Confesión
La confesión es nuestra respuesta al descubrimiento de quiénes somos y de lo que hemos hecho. Cuando nos asomamos a la luz de la gloria de Dios, vemos con claridad que estamos increíblemente lejos de ella. Y cuando reconocemos la brecha entre cómo deberíamos ser y cómo hemos sido, recordamos el amor de Dios por nosotros y dejamos que su bondad nos lleve al arrepentimiento (Romanos 2:4). La confesión es un gran privilegio, porque la Biblia enseña que "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
Acción de Gracias
La acción de gracias es una respuesta humilde a la generosidad de Dios, reconociendo que todo don bueno y perfecto procede de Él. Dios nos ama y nos colma de buenos dones, en nuestro ayer, en nuestro hoy y en todo nuestro mañana. La acción de gracias reconoce que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a Él. La gratitud nos pone en el estado de ánimo adecuado para hacer peticiones, porque nos lleva a considerar lo que Dios ha hecho y lo que es capaz de hacer.
Súplica
Súplica sólo significa "pedir". Jesús nos dijo: "Pedid, y se os dará" (Mateo 7:7), y nos dio el ejemplo de cómo pedir de forma sumisa y entregada a los buenos propósitos de Dios. A Dios le encanta dar y bendecir. Pedir le glorifica cuando confiamos en Él en todos los ámbitos de nuestra vida. Pedir nos hace humildes. Pedir abre la puerta a una mayor fe y nos atrae profundamente a los brazos de nuestro buen Dios, cuya fidelidad y amor nunca terminan.