Descripción

La iglesia primitiva había aprendido a hacer frente a la persecución desde fuera de la comunidad, pero necesitaba ayuda para defenderse de los que querían destruir su comunidad desde dentro. Las diferencias dentro de la comunidad no eran infrecuentes, pero la iglesia se enfrentaba a quienes distorsionaban el Evangelio a propósito para su propio beneficio. Pedro y Judas denuncian a estos falsos maestros, animando a sus lectores a mantenerse firmes en la fe, aferrándose a la promesa de que Jesús volvería algún día.