Queremos ayudarte a cultivar una vida de oración que te ayude a acercarte a Dios. Una forma de hacerlo es utilizando el acrónimo ACTS, que le ayudará a desarrollar una vida de oración equilibrada. No se trata de una fórmula para orar, sino de una guía para mantenerte centrado en tu relación con Dios y comunicarte con él de una manera que fomente la intimidad.
Adoración
La adoración es simplemente centrarse en quién es Dios y expresar asombro y adoración. A veces, esto es lo más difícil de hacer, pero es una parte necesaria de la oración, porque nos centra en quién es Dios y nos da la oportunidad de hacer mucho de él. Cuando rezamos, es esencial que sepamos a quién nos dirigimos.
Confesión
La confesión es nuestra respuesta al descubrimiento de lo que somos y de lo que hemos hecho. Cuando nos acercamos a la luz de la grandeza de Dios, reconocemos que estamos lejos de su gloria. La confesión es un gran privilegio, porque nos permite aferrarnos a la limpieza y al perdón que nos ofrece Jesús. Podemos entrar sucios, pero podemos salir limpios y perdonados.
Acción de Gracias
La acción de gracias es una respuesta humilde a la generosidad de Dios, reconociendo que todo don bueno y perfecto proviene de él. A pesar de lo que somos y de lo que hemos hecho, Dios ha sido y sigue siendo bueno con nosotros. La acción de gracias reconoce que todo lo que somos y todo lo que tenemos es gracias a él. La gratitud nos pone en el estado de ánimo adecuado para pedir, porque nos lleva a considerar lo que Dios ha hecho y lo que es capaz de hacer.
Súplica
La súplica es simplemente la práctica de pedir. Jesús nos dijo que pidiéramos, pero también nos modeló un pedir sumiso y entregado. Él se deleita en dar y bendecir. Pedir le glorifica. Pedir nos hace más humildes. Pedir nos abre la puerta a una mayor fe y nos atrae a los brazos de nuestro buen Dios, cuya fidelidad y amor no tienen fin.
Recursos para niños
Vaya, lo siento, gracias, por favor: Cuatro sencillas palabras para guiar a su hijo en la oración por Ruth Schwenk