Descripción

¿Qué utilizó Dios para atraer hacia sí a una incrédula radical y comprometida? ¿La llevó Dios a un mitin evangelístico? O, ya que ella tenía su doctorado en literatura, ¿usó algo impreso? No, Dios utilizó una invitación a cenar en una casa modesta, de una pareja humilde que vivía el evangelio a diario, con sencillez y autenticidad. Con esta historia de su conversión como telón de fondo, Rosaria Butterfield nos invita a su casa para mostrarnos cómo Dios puede utilizar esta misma "hospitalidad radical y ordinaria" para llevar el evangelio a nuestros amigos y vecinos perdidos. Dicha hospitalidad considera que nuestros hogares no son nuestros, sino que son las herramientas de Dios para la promoción de su reino, ya que acogemos a aquellos que se ven, piensan, creen y actúan de forma diferente a nosotros en nuestras vidas cotidianas, a veces desordenadas, ayudándoles a ver cómo es la verdadera fe cristiana.